Los microbiólogos valoran el tratamiento combinado para afrontar el desafío de las resistencias a los antibióticos

Publicidad

Las bacterias multirresistentes a los antibióticos se han convertido en la principal amenaza para la salud pública y en un desafío para los expertos en medicina y microbiología, que han defendido, entre sus soluciones, la vuelta al tratamiento combinado y la recuperación de algunos antimicrobianos que habían dejado de usarse, durante la Jornada de Colaboración con la Semana Global del Uso Prudente de Antibióticos, organizada por el Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU y Osakidetza, en colaboración con la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS) y AstraZeneca.

Según los últimos estudios, los microorganismos multirresistentes provocan ya más de 700.000 fallecimientos en el mundo por infecciones por estas bacterias y se convertirán en la primera causa de muerte en 2050, con más de 10 millones de muertes. “Desde la aparición de los primeros antibióticos, las bacterias han hecho uso de una de las características más valiosas: su capacidad de adaptación, lo que significa que cada vez que aparece un nuevo antimicrobiano, al poco tiempo aparecen las primeras bacterias resistentes que limitan su capacidad curativa”, ha asegurado el presidente de la AMYS, el doctor Ramón Cisterna, que ha alertado de que estos microorganismos duplican la tasa de mortalidad respecto a una bacteria sensible en el mismo perfil de paciente.

Entre los factores que han provocado esta situación, destacan el aumento del consumo de antimicrobianos, su uso no sanitario en explotaciones agropecuarias para favorecer el engorde de los animales y la reducción en el ritmo de fabricación de nuevos antibióticos. “En los últimos 30 años la aparición de nuevas moléculas se ha reducido de forma considerable.

Se podría decir que hemos entrado en la fase cero de aparición de nuevos antimicrobianos, por lo que la posibilidad de hacer frente a las bacterias multirresistentes es más limitada”, ha explicado el doctor Cisterna, que aboga por la investigación de nuevos fármacos, pero también por la simplificación de las normas de aprobación por parte de las agencias reguladoras y la colaboración entre industria y administraciones sanitarias.

“Debemos valorar la importancia de este fenómeno y la limitación actual del potencial terapéutico. En el caso del profesional sanitario, se debe volver a la cultura del tratamiento combinado para potenciar la eficacia de los antibióticos y seguir escrupulosamente las indicaciones precisas en cada tipo de infección”, ha señalado el presidente de la AMYS, que ha reconocido también la responsabilidad de los pacientes: “Deben seguir las recomendaciones del médico, no automedicarse, y concienciarse de que se trata de un problema que nos afecta a todos”. En este sentido, los microbiólogos que han asistido a esta jornada han puesto en valor su implicación en la vigilancia y en el control de las bacterias resistentes, ya que son estos profesionales quienes conocen el proceso infeccioso, la bacteria responsable, si es resistente y qué antibiótico debe administrarse, y si precisa o no aislamiento para limitar la dispersión.

Para la doctora Ruth Figueroa, del Servicio de Microbiología y Control de Infección del Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao, la falta de nuevos antibióticos y de programas estrictos para su uso correcto ocasionará “graves problemas para el tratamiento de los pacientes, aumentando la morbi-mortalidad en el mundo”. Por este motivo, propone implementar programas de vigilancia epidemiológica y de optimización de antibióticos en Atención Primaria y hospitalización, potenciar la higiene de manos para evitar la diseminación de estos microorganismos, la inmunización periódica y estrategias para el uso adecuado de antimicrobianos en ganadería.

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil