El nuevo automóvil, y cómo lo usamos, lidera la transformación digital del transporte y la logística

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La Fundación Orange ha publicado el estudio “eEspaña-La transformación digital de los sectores del transporte y la logística”, un trabajo que analiza el proceso de transformación digital en estos ámbitos sobre la base de cuatro ejes estratégicos: Cloud, Mobile, Internet de las Cosas y Social, resaltando en cada uno de ellos una serie de buenas prácticas y casos de éxito cuyo nexo común es la innovación. Desarrollado por la consultora Evoca, el estudio, disponible gratuitamente en la web de Fundación Orange, analiza un proceso de transformación digital que en estos sectores refleja nuevos modelos que tienen que ver con el transporte como servicio, en el caso de la logística, y con la nueva movilidad cuando se trata de personas.

El automóvil, “tractor” de la transformación

Aunque todos los medios de transporte están cambiando con la digitalización, uno de los que se encuentra en un proceso más profundo de cambio es el de los vehículos y, en especial, el de los automóviles. Coches conectados, coches autónomos, carsharing, ridesharing, etc., son algunos ejemplos de los nuevos escenarios que surgen alrededor del automóvil, por la facilidad para disponer de él en cualquiera de las múltiples e innovadoras modalidades que están surgiendo, es decir, cuando lo necesitan, y no necesariamente de forma continua.

Con la creciente presencia de nuevos modelos de alquiler y compartición de coches, el panorama competitivo en el sector está sufriendo un profundo cambio y conformando una nueva dimensión del negocio de la movilidad. En este nuevo marco, cualquiera puede ser proveedor (asiento en un vehículo, hueco en un maletero, coche o plaza de aparcamiento libre, etc.) y los usuarios disponen de una oferta amplia, sencilla y con costes más reducidos.

Se constata así una multiplicación de formas de transporte, suma de las tradicionales y de las propiciadas por las nuevas tecnologías (carsharing, ridesharing, etc.), que hace que la planificación de los desplazamientos deba incluir más variables y presente, a su vez, muchas más posibilidades. De este modo, los vehículos autónomos, en especial los automóviles, son ya casi una realidad, que probablemente se extenderá a todo tipo de medios de transporte. La tecnología ya lo permite y todos los grandes fabricantes y empresas tecnológicas están probando sus prototipos, por lo que las funciones de automatización y autonomía se pueden multiplicar en los coches a corto plazo.

Otras tendencias de la transformación digital

Según el estudio, la combinación de tecnologías, dispositivos o aplicaciones –como el cloud computing, la telefonía móvil, el Internet de las Cosas, los wearables, el big data, las redes sociales o la economía colaborativa– está contribuyendo a la transformación digital y al rediseño de los sectores del transporte y la logística.

En esta transformación, casi revolución, se está pasando de los grandes proyectos de infraestructuras civiles a unos sistemas de transporte potenciados, de una forma casi invisible por las TIC, que los hacen más inteligentes, seguros, eficientes e integrados.

Algo parecido sucede con la logística de los objetos y mercancías, fundamentalmente debido al aumento del comercio electrónico. Cada vez más empresas venden un mayor número de productos online y precisan mejores y más ágiles servicios de entrega, ante un consumidor muy conectado y cuyas expectativas crecen.

Los clientes planifican y gestionan sus desplazamientos en aplicaciones de sus smartphones, quieren información y notificaciones de horarios, retrasos, atascos, rutas alternativas, etc. Y cuando envían paquetes o esperan sus compras online, demandan información accesible en todo momento sobre la situación de las entregas, lo que convierte a la demanda en una de las grandes fuerzas disruptoras que está impulsando la digitalización de estos sectores.

Las tecnologías y dispositivos móviles tienen aquí un papel protagonista, al proporcionar al viajero las herramientas y las aplicaciones que les facilitan la planificación, la información y las gestiones necesarias. Del otro lado, la digitalización permite a las empresas conocer mejor al cliente, sus patrones de uso, flujos y demandas, atenderle de manera excelente desde el inicio de su relación con la empresa y personalizar las experiencias para mejorar su satisfacción y fidelización.

Aunque a menor ritmo que los vehículos, las infraestructuras se actualizan y digitalizan. Estaciones, aeropuertos o carreteras van adoptando elementos tecnológicos para adaptarse a unos pasajeros y a unos vehículos cada vez más conectados. En este escenario juegan un papel fundamental las tecnologías del Internet de las Cosas, que combinan sensores, comunicaciones móviles, algoritmos y big data. Además, las infraestructuras inteligentes presentan fuertes sinergias con las smart cities.

Como sectores próximos al mundo del turismo (transporte) y de la industria (logística), hay muchas tecnologías y aplicaciones comunes entre todos ellos y las que se desarrollan para un caso suelen ser extrapolables al resto. Wearables que se utilizan para comprar y pagar billetes, beacons que personalizan la información, el marketing de proximidad y las ofertas a los pasajeros situados a su alrededor, drones que prueban la entrega de productos de ecommerce, robots que automatizan el almacenamiento y la distribución de mercancías, sistemas blockchain que resuelven transacciones… son muestras de que las últimas tecnologías están penetrando de forma capilar en ambos sectores.

Más de 50 casos de éxito de empresas e instituciones vinculados a la digitalización

El estudio destaca prácticas e iniciativas innovadoras, tras un análisis realizado sobre los ejes Cloud, Mobile, Internet de las Cosas y Social.

Este es el cuarto estudio de una serie de la que ya se han publicado también los referentes a los sectores turismo, retail y educación.

 

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