En la Tierra a martes, julio 15, 2025

MUERTE CERTIFICADA DE UNA PRODUCTORA: MILLONES DE EUROS TIRADOS A LA BASURA

José Pablo se aferra a Cintora para cubrir el fracaso de ‘La familia de la tele’

EL PERIODISTA SORIANO SALTA A LA 1 SUS ‘MALAS LENGUAS’

El fracaso sin paliativos de la gran apuesta del presidente de RTVE por una versión remasterizada de ‘Sálvame’ en la televisión pública, pone punto final a una etapa y, con él, a una productora con un formato agotado y sin capacidad para dar vueltas sobre lo mismo.

José Pablo López rumia el final de La familia de la tele tras su cancelación en TVE. Crónica de la muerte anunciada de un formato que comenzó mal y terminó peor, y que ha agonizado durante semanas por la cabezonería del presidente de la Corporación.

López, que en los últimos tiempos se ha convertido -aupado por aplausos interesados también- en un supuesto gurú televisivo, ha tenido el gran fracaso de su historia profesional desde su retorno a RTVE. Apostó a todo o nada y el resultado fue nada.

Ahora, López se escuda en el Malas Lenguas de Jesús Cintora, considerado por la oposición como un ‘soldado del sanchismo’ que acudirá en rescate de un Ejecutivo asediado por tramas de corrupción, cuyo alcance aún no se conoce.

Los nervios de López son un hecho tan cierto como el sesgo evidente de otro programa en el que, por cierto, también moja La Osa de Óscar Cornejo y Adrián Madrid. Con mejor éxito, de momento, que con el fallido producto de ‘La fábrica de la tele’.

Pero Cintora, llamado, al igual que Javier Ruiz, a acudir en socorro de Moncloa, es sólo una muestra más de lo que se ha convertido el Ente público desde el pasado mes de octubre, cuando algunos decidieron sacar adelante una votación sin respetar siquiera el luto de la DANA.

El final de un producto y de una productora

Pero lo que sí ha quedado certificado es la muerte del ‘Sálvame’ remasterizado, que López intentaba colar como la gran panacea que elevaría La 1 a los altares laicos de la audiencia. La misma que, desde el minuto 1, y puede que antes, le dio la espalda a esa cabalgata de monstruos de la telebasura que ya había sido desterrada al Averno en su casa madre, Mediaset, tras claros síntomas de agotamiento.

Sólo López, demasiado mediatizado por influencias políticas y sectarias, podía comprar la burra ciega de que un ‘Sálvame’ light podría funcionar en la cadena pública. Consta que el presidente de RTVE dedicó grandes energías -incluso mucho antes de su nombramiento- a mantener el huevo de la serpiente bien caliente, con el apoyo de otro personaje atrabiliario y cínico como Raúl Berdónes.

El jefe de Secuoya -pepero en Murcia, sociata en Madrid, y lo que haga falta por la pasta- prestó la incubadora para albergar el engendro mientras se producía el trasvase. Está acreditado, también, que López y su ‘corte de los milagros’ se movieron todo lo necesario para conseguir un desembarco de los antiguos de La Fábrica de la Tele en la pública. Algo que escamaba y helaba la sangre, y el corazón, como Machado, incluso a ciertos sectores del Ejecutivo y del PSOE.

En la operación, aparte de nuestro modelo de Emidio Tucci favorito, hubo otras complicidades. ¿Fue casualidad, por ejemplo, que El País se prestase a ‘blanquear’ las movidas judiciales de Cornejo y Madrid en sus páginas de Nacional? ¿Tuvo algo que ver la presencia, por esas fechas, del asesor audiovisual Pedro Sánchez, el inevitable Josemi Contreras, en lo más alto de la cúpula de Prisa?

No entraremos en la recua -buscad el significado en el diccionario, cretinos- de frikis, espabilados y listos que anduvieron intentando colocarse en el programa y alrededores. Una suma de aplaudidores matinales, vespertinos y nocturnos que vendieron sus pequeñas almas -si alguna vez la tuvieron- por medio minuto de mierda, que ni siquiera de gloria. Los enanos de Gulliver, vaya.

El gran juez de todo esto fue, sin duda, la audiencia, que no se implicó lo más mínimo con respecto a un producto anticuado y caduco, que volvió a emplear -de nuevo- sus malas artes cuando se vio acorralado por el fracaso.

Los mismos trucos, las mismas trapacerías, las mismas falsedades con teleprompter que en los tiempos de Mediaset. Las mismas caras, también, más viejas, más mutiladas por el bisturí del cirujano plástico. Los mismos restos de un naufragio que se inició años atrás en otros océanos en los que mandaba un padrino con acento italiano. Lo que ahora es La Osa (antes Fabricantes y, mucho antes, La Fábrica de la Tele) certificó que sólo sabía cocinar un guiso que ya no atraía a nadie.

El empecinamiento de López por mantener un formato fracasado desde el minuto uno sólo puede comprenderse como algo personal. Sólo ese empeño permite entender los cambalaches y sudokus de horarios con La familia de la tele. Marca de Ca López, por otra parte. Un juego en el que el presidente de RTVE ha revelado ser un trilero a la hora de programar y contraprogramar. Hasta ahora, en que se le han caído todos los palos del sombrajo.

Queda la cuenta pendiente de quién ha pagado esto, por mucho que cierto alopécico lobotomizado y polioperado de esa cabalgata haga bromas al respecto, y qué consecuencias tendrá el asunto. Si es que las tiene, que esa es otra. No en responsabilidades, que ya se preocupan de blindarse en su endogamia.

Al menos, eso sí, ha quedado claro que la era Cornejo y Madrid ha conocido su punto final. Habrá coletazos, con suerte para ellos, pero poco más. Su modelo ha terminado reventando tras demostrar su incapacidad para salir del bucle de ‘caca-culo-pedo-pis’ televisivo. En buena hora. Tanta paz dejen mientras se marchan por el sumidero de la historia de la televisión en España.

Seguiremos Informando…

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