En las últimas semanas, la política española ha ofrecido un espectáculo digno de un spin-off de Torrente, protagonizado por un trío que parece sacado de una comedia negra: Santos Cerdán, José Luis Ábalos y su inseparable exasesor, Koldo García.
Lo que empezó como una investigación sobre comisiones millonarias en contratos de mascarillas ha destapado una red de favores, silencios cómplices y telefonazos cruzados que ahora amenaza con dinamitar los cimientos del PSOE.
Cerdán, número tres del partido, está cada vez más señalado por sus vínculos con Koldo, mientras Ábalos, que fue ministro, se mantiene negando cualquier conocimiento, como si los negocios turbios de su mano derecha hubieran ocurrido en otro universo.
Así relatan la situación en la cuenta de instagram cinemag.ia, con un vídeo que relata a la perfección el escenario actual.
La historia tiene todos los ingredientes del sainete político español: un asesor de gimnasio metido a conseguidor, un exministro que juega al despiste y un secretario de organización que dice no saber nada pero que estaba en todas las fotos. El PSOE, que intentaba proyectar imagen de estabilidad y regeneración, se encuentra atrapado en un thriller casposo en el que los protagonistas no dimiten, se contradicen o directamente desaparecen del mapa.
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